miércoles, 15 de diciembre de 2010


Si la tristeza te invade, ¡sonríe! Si el sonreír no basta, ¡silva! Si el silbar falla, ¡canta! Busca dentro de ti los muchos motivos que tienes para ser feliz y estar agradecido, la tristeza se irá desvaneciendo como la nieve ante la caricia cálida del sol. Si estás triste, no le des más cuerda al abatimiento, levanta tu ánimo! Actúa como una persona feliz, y esta emoción se irá convirtiendo en una actitud permanente

solo espera y veras


Espera solamente lo mejor y espera que cada una de tus necesidades sea satisfecha, aún la que parezca más difícil. Nunca, en ningún momento te limites o sientas que esperas demasiado. Vé todas tus necesidades con claridad, exprésalas y luego te fé y confianza plenas en que ellas serán contestadas. Tendrás que dejar en Mis manos como sucederá ello. Tengo que obrar a través de canales para manifestarlas, pero todo es posible para MI. De manera que relájate y verás cómo se revelan Mis maravillas y Mis glorias. Dá siempre gracias y usa todo para el bien de la totalidad en todo momento. Tú no estás viviendo según las leyes humanas sino según las leyes divinas; por lo tanto, en cualquier momento puede pasar cualquier cosa. Espera milagros y observa cómo ellos tienen lugar.
Mantén siempre ante ti el pensamiento de la prosperidad y la abundancia, y ten presente que haciéndolo pones en marcha fuerzas que las originarán. Cúanto más positivo seas, más rápido se manifestará todo.....

como mantener y obtener salud....desde el punto de vista poetico del ayurveda


.... Uno de los principales ingredientes de la curaciones de Chaitanyananda (un famoso yogui) era la fe. La gente acudía a el con la esperanza de encontrar ayuda porque se había enterado de lo que contaban aquellos que había ayudado, y esa fe facilitaba la curación. La fe es el único aspecto principal de la curación porque aumenta la capacidad de ahamkara de identificarse con el cuerpo y contribuye activamente a reforzar el rasa dathu (uno de los 7 tejidos del cuerpo) que luego nutre a los otros dhatus (tejidos)......
Si no tenemos un Chaitanyananda que nos obligue a ponernos buenos, seremos los responsables de nuestra propia curación. Hemos de concluir, junto con cada una de las partes de nuestro YO, que estamos tan hartos de andar desequilibrados como dispuestos a someternos a la disciplina que haga falta para curarnos. Mientras uno no pueda decirse sinceramente a si mismo que esta decidido a cambiar costumbres, la curación no puede producirse. La decisión firme de curarse solo se produce cuando la mente esta dispuesta a reconocer su obstinación y sus "crímenes contra el sentido común", cuando esta dispuesta a admitir la tortuosidad que supone culpar al cuerpo de sus propios excesos. Si la mente esta sinceramente arrepentida y dispuesta a disculparse por haber caído enferma, no hay duda de que cooperara con el cuerpo para hacer bien las cosas.
La desesperanza o sensacion de impotencia es peligrosa porque priva al sistema inmunologico del soporte del ahamkara. Si la mente decide que esta harta de cualquier parte del cuerpo, lo mas probable es que esa parte del cuerpo pierda su inmunidad y se debilite rápidamente. Podemos enfurecernos, ponernos agresivos, experimentar cualquier emoción que quiera manifestarse pero, si queremos curarnos, no nos dejemos atrapar nunca por la desesperanza.
Para estar sanos tenemos que desear además que todo el mundo este sano. Según la Ley de la Naturaleza, se nos devuelve todo aquello que emitimos, de modo que solo tendremos salud si con nuestras actividades y actitudes promovemos, o al menos no interferimos, la salud de los que tenemos cerca. La salud es muy parecida a la enfermedad: es contagiosa y puede pasar de una persona a otra repetidas veces.
rober svoboda.

ahamkara.. una forma poetica que nos brinda el ayurveda de ver nuestra salud


< Cada uno de nosotros conserva su diferenciación con respecto a otros seres vivos por tanto tiempo como la naturaleza le permite seguir con vida. La naturaleza nos deja que consideremos nuestro el espacio limitado por la piel y el aparato digestivo. Todo lo que hay fuera de la piel forma parte del entorno. Tú formas parte de mi entorno y yo formo parte del tuyo. La naturaleza es la suma de todos los individuos y sus entornos.
Dentro del aparato digestivo tenemos material que en un principio formaba parte del entorno. Una vez, tuvo su propia existencia independiente, su propia individualidad; ahora está sometido a la prueba del metabolismo, tratando de pasar el examen de la digestión para entrar a formar parte de nosotros. Si el aparato gastrointestinal llegase a romperse, una parte de ese material se vertería en la cavidad corporal, y a consecuencia de la capacidad del cuerpo para reconocerlo como extraño, se produciría una tremenda reacción que, si se dejase prosperar, nos llevaría rápidamente a la muerte.
Si la piel exterior dejase de cumplir su cometido, como ocurre después de quemaduras graves, entrarían en el sistema merodeadores extraños, lo que también puede llevarnos a la muerte. Debemos la continuidad de la existencia diaria a la admirable fortaleza de nuestras dos murallas, la piel exterior del cuerpo y la piel interior del tracto digestivo.
Los agentes extraños son mal recibidos en un cuerpo sano. Un sistema desequilibrado fomenta la digestión incorrecta de la comida, lo que produce toxinas físicas y mentales llamadas en sanscrito AMA. AMA sirve de alimento a los parásitos (enfermedades) y los incita a prosperar en el organismo. La indigestión aparece por pautas inadecuadas de alimentación y de vida, exceso deliberado y obstinado de prácticas malsanas llamadas colectivamente prajnaparadba o “atentados contra el sentido común”. La indigestión impide que los nutrientes lleguen a los tejidos, debilitando las defensas inmunológicas del huésped.
El aura es la primera línea defensiva contra los entes parasitarios. La segunda línea defensiva está formada por la piel y el intestino. Una tercera línea defensiva, el sistema inmunológico, aguarda para interceptar y destruir cualquier parasito que de algún modo logre atravesar las dos primeras defensas.
El sistema inmunológico esta comunicado tanto con la piel como con el intestino, es un órgano sensorial, un “sexto sentido” para los intrusos. Consiste en una intrincada red de células T, células B, anticuerpos y linfocitos, un sistema de una complejidad fascinante controlado en su totalidad por un único jefe: ahamkara.
Ahamkara se identifica continuamente con cada una de los trillones de células corporales. Mi ahamkara recuerda constantemente a cada una de mis células su identidad como subunidad de la gran y gloriosa entidad denominada YO. La ahamkara asegura que solo aquellas células que juren lealtad a su dirección suprema serán autorizadas a seguir con vida en el cuerpo. Cualquier extraño es descubierto y exterminado implacablemente y los rebeldes (mutantes o células cancerosas) despiadadamente ejecutados como advertencia para otras células que pudieran atreverse a desafiar la norma.
Podemos seguir vivos, a salvo en nuestro castillo, mientras la ahamkara siga gobernando la guarnición. Si esta resultase dañada, los entes extraños podrían descubrir un punto débil en las defensas y fulminarnos. Cuando ella, como guardiana que obliga a nuestras células a trabajar sin descanso para nosotros, renuncia a su función, todos los inquilinos quedan libres para obrar a su antojo y entonces morimos. Lo es todo para nosotros. Por encima de todo, es nuestra madre.
Ahamkara es femenina, porque es una parte de la Divina Madre, la diosa Naturaleza. Cuando te guía y te aconseja, lo hace teniendo en cuenta tu propio interés. Como sirvienta trabaja sin descanso para mantenerte vivo o viva
El más importante de todos los aspectos es su relación con nosotros como madre. El principio de “yo soy” aglutina en si mismo todos los bloques de que estamos compuestos: los cinco grandes elementos que dan origen al cuerpo, los órganos sensoriales y la mente. La “formadora del yo” es la causa de nuestro nacimiento, por eso es nuestra madre.
Las enfermedades aparecen cuando la ahamkara esta afligida y la inmunidad se debilita. Uno conserva la salud en la medida en que esté dispuesto a olvidar sus tensiones, no dejarse impresionar por la adversidad y adaptarse a nuevas situaciones. La resistencia al cambio siempre obstaculiza el funcionamiento de la inmunidad. Un viejo proverbio sanscrito nos dice “la esencia del amor maternal es el perdón”. Dañar a la madre ahamkara debilita nuestra indulgencia innata y nos predispone a la enfermedad.
El tratamiento de la ahamkara es la medicina fundamental. Los sabios de la india saben desde hace mucho tiempo que la buena salud espiritual es requisito previo para la buena salud física y mental. La salud espiritual es un equilibrio dinámico entre una personalidad fuertemente integrada y la personalidad cósmica de la naturaleza, un equilibrio que solo es posible en la medida que cada sr recuerde su deuda con la madre naturaleza.

“la naturaleza les dijo que
Primero hay PURA EXISTENCIA
Que desea manifestarse y se divide en
CONCIENCIA Y VOLUNTAD
Que más tarde se acoplan. El fruto es
El INTELECTO
Que es la capacidad de discernimiento
El intelecto se transforma gradualmente en
AHAMKARA que es la …….

…… si no digerimos bien la comida, o si la digerimos bien pero no la asimilamos correctamente, nuestra ahamkara se sentirá exactamente igual que una novia cuyo novio deja plantada, engañada, utilizada, insultada y frustrada. ………
…….si el pretendiente de ahamkara (el alimento) se revela como un criminal (AMA), un ser que en realidad quiere perjudicarla, hay que sacarlo a patadas de la casa y la relación. Luego ahamkara tiene que recomponer su corazón destrozado y volver a su vida anterior (evitar ciertos alimentos y someterse a procedimientos terapéuticos) y esperar pacientemente a un nuevo pretendiente. Ninguna personalidad puede estar mental y emocionalmente sana hasta que el cuerpo físico no se libere de la indigestión.

robert svoboda